Cuba es una ramera que se pinta los labios de sangre,
aún huele a su amante...cincuenta años después.
Es un carnaval dentro de su propio armario,
Cuba juega a ser isla dentro de un bañera ,
donde apaga los gritos de quienes se ahogan.
Es un cayuco dentro de un crucero repleto de turistas,
una vieja que viaja en Chevrolet destartalado
un niño que busca el siguiente peldaño de la escalera.
Es un son que acaba con un rugido de tripas.
Con eso y con una sonrisa claro.
Cuba saca pecho y se le cae,
como las casas de la Habana que son esa abuela desdentada y pintarrajeada a quien tanto queremos,
que no recuerda quienes somos, ni quien es ella...
Cuba se peina, nos mira y sonríe.
Es una fábrica donde nadie trabaja...pero donde el ruido es tan fuerte...
O un boxeador con guantes de fregar,
una peonza a punto de perder el equilibrio,
es sin duda un tren sin vías, varado en un apeadero.
Es un preso que ha salido de la cárcel el día de su fallecimiento.
Es la última aceituna del plato...
o un avión un segundo antes de estrellarse.
Cuba va en coche aunque haya que empujarla,
es un cuba libre sin Coca -cola,
o es la peor resaca del mejor ron,
Es también una canción que está a punto de terminar,
pero en la que no soportas la idea de separarte de tu pareja de baile.
Un partido en el que llevan demasiado tiempo jugando sin balón...,
aquel columpio que se balanceaba sin nadie encima
Cuba es cada vez más poesía y menos papel
y la gente empieza a darse cuenta.
Es un hombre que llena las estanterías de su tienda de imaginación.
Cuba es el agua caliente que queda en la ducha cuando apagamos el agua caliente.