lunes, 22 de noviembre de 2010

la barba del shah

   Vista previa Aquella mañana el Shah, Fat´h Ali se levantó preocupado una vez más.Llevaba semanas esperando noticias de su emisario y la espera siempre le irritaba.Perdía el apetito, el sueño y apenas probaba bocado.Ni siquiera se paseaba por los jardines del Harem y descuidaba su espesa barba, motivo de orgullo y admiración.Era su último intento de salvar las cosas en el norte y él lo sabía.Si su intento de aliarse con Napoleón fallaba, sería su ruina y la de los suyos.Una guerra con Rusia sería terrible.¿Qué país dejaría a sus herederos?
   En el palacio había constantes conspiraciones.Había ejecuciones a diario y no confiaba ni siquiera en sus más allegados.Hace meses que apenas recibía visitas.
   Baba Khan, como se le conocía popularmente, tenía más de 260 hijos, pero solo dos , Abbas Mirza y Mohammed Mirza habían recibido educación regia y uno de ellos estaba destinado a sucederle.Acababa de construirles dos  palacios anexos junto al suyo,  que cada uno había diseñado a su gusto.El de Abbas era ordenado y metódico, dominado por la linea recta,las matemáticas y las formas y proporciones clásicas que había visto en las pinturas europeas.Todo tenía su sitio y atendía a alguna razón.El de Mohammed sin embargo estaba basado en el caos y la intuición.Las habitaciones se sucedían sin lógica ni coherencia alguna y su vista exterior recordaba a un gran ciempiés enrollado.Por sus estancias paseaban poetas y escritores venidos de todos los rincones del mundo.Juntos parecían una criatura mitológica con un cuerpo y una cabeza incongruente.
  Sin previo aviso, como caídos del cielo, dos criados entraron a toda prisa a la habitación del Shah.Estaban exhaustos, pálidos y apenas podían hablar.Tres guardianes de la  escolta  del Shah levantaron sus espadas y ya se disponían a dar buena cuenta de estos cuando el Shah les paró con un gesto con el brazo.El Sha ordenó que les dieran agua pero éstos la rechazaron.No había tiempo.Al parecer sus dos hijos predilectos:Abbas y Mohammed estaban luchando en el jardín y según sus propias palabras solo uno saldría vivo.Una mujer, la princesa Jahan era el motivo de sus disputas.
  Baba Khan no daba crédito.!Ingratos!Toda una vida dedicada a su reino, y éste le daba la espalda y usurpaba su sueño y reposo.Para colmo, ahora sus hijos, sangre de su sangre, jugando como colegiales por una mujer, cuando podían tenerlas a todas.Bajó las escaleras semi desnudo, seguido de sus guardianes, mascullando entre dientes maldiciones e improperios.tenía los ojos enrojecidos por la rabia.A su paso derribó  y pisoteó todo lo que se le puso por delante, armando gran alboroto.
 Al llegar,observó atónito como Abbas,daga en mano , se encontraba sobre su hermano, forcejeando y buscando el momento de asestar el golpe de gracia.A su lado yacían dos soldados sin vida,probables víctimas inocentes de una chiquillada.Inmediatamente Baba Khan ordenó a su escolta que pusiese fin a la diputa y mandase a ambos al calabozo,con los presos comunes.
 Allí estuvieron dos meses, cuando el común de los mortales hubiese necesitado dos vidas si no más para pagar por sus crímenes.A su vuelta su padre, Baba Khan, les comunico su decisión de liberarles bajo una condición.Estaba harto de peleas, de celos y de competiciones.Quería asegurarse de que el elegido sería su heredero.El tiempo era vital.Atusándose la barba,como era costumbre les dijo"No tiene sentido que no durmáis en vuestra cama porque así me castigo a mi mismo, ni que sigáis en cautividad cuando Persia más os necesita.Como no habéis sabido apreciar lo que era vuestro, desde hoy Abbas vivirás en el palacio de tu hermano y tú, Mohammed harás lo propio en casa de Abbas.En un més elegiré a mi heredero y el otro morirá decapitado"
   Los príncipes,avergonzados y humillados, se retiraron a descansar a sus respectivos palacios.Poco se supo de ellos en las semanas que sucedieron este hecho.Se dice que ambos anhelaban a su amada,y sus palacios, y pasaban las horas rezando y durmiendo.
   Una noche , durante una fuerte tormenta, Mohammed no aguantó los remordimientos más y se dispuso a pedir disculpas a su hermano y hacer las paces.Entro en su palacio, donde ahora  vivía su hermano y se dispuso a buscarlo.Mientras tanto, un rayo entro por una de las chimeneas y el fuego se propagó rápidamente por ambos palacios.Prendió rápidamente en tapices, alfombras y muebles.El aire era sofocante y apenas se veía.
  Mohammed,que conocía al dedillo su palacio, encontró la manera de envolverse en una chilaba empapada en agua y salió por una de las puertas.Abbas, desesperado y sin poder encontrar la salida en una casa ajena se precipitó al vacío por una de las ventanas y murió.El Shah, triste por la pérdida de un hijo, se sintió sin embargo aliviado de que Alá hubiese decidido por el y le hubiese eximido de la obligación de ajusticiar a su vástago.Vista previa

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